martes, 11 de noviembre de 2014

La vida es como una sitcom

Me considero una chica joven, tengo 30, bueno, 30+1 y aún estoy en la flor de la vida. Desde que era jovencita me han gustado las series, sobretodo las que muestran la vida tal cual es, con personajes con los que te puedas identificar. Aunque tengo que decir que cuando se trata de series me gustan la mayoría, aunque haya osos polares en islas tropicales sin ningún razón aparente... Las sitcoms (o comedias de situación en cristiano) es uno de los géneros que más he seguido, capítulos cortitos, temas que te hacen reír, personajes divertidos y  que con el paso del tiempo se hacen muy queridos, ¡que más queremos! No son series de culto claro, pero son series que cumplen su objetivo con creces, que es entretenernos y hacernos reír. Evidentemente las hay mejores y peores como en todos los géneros. La mejor es Friends, está clarísimo, ya os dije la opinión que tenía de esta gran serie.

Padres Forzosos
Ha habido muchas que han marcado mi juventud. Por empezar por una, lo haré por Padres forzosos, cuando veía esta serie recuerdo que era una cría pero me encantaba ver lo que les pasaba a las niñas Tanner, con ese padre tan bonachón y sus dos "tios" el guapísimo Jesse y el gracioso Joey. Fue la serie en la que vimos crecer a las famosas gemelas Olsen, dos bebés adorables que se iban turnando para interpretar el papel de Michelle, la pequeña de la casa. Las "pobres" no supieron administrar muy bien tanto dinero y fama durante toda su juventud, aunque creo que actualmente están triunfando con la moda.

El Príncipe de Bel-Air
Otra que también vi y requetevi fue El principe de Bel-Air, me considero muy fan de Will Smith y a pesar de sus horteras atuendos, de jovencita me tenía enganchada a la tele todos los medios días. Pero no solo él, el resto de personajes tampoco tenía desperdicio, desde el extrañable tío Phill, su tia Vivian (la primera, la segunda ya no me gustó tanto), el gran Carlton y su baile de Tom Jones, la pija de Hilary y su risita, la pequeña Ashley, el genial mayordomo Geoffrey y hasta el mejor amigo de Will, Jazz, que si el protagonista vestía hortera, este ni te cuento... no has tenido infancia si no has visto esta serie, eso seguro.

Cosas de casa
Primos lejanos




Fue un género muy usado en los 80 y 90, donde abundaban las sitcom familiares. Tanto de gente blanca como de afroamericana, Cosas de casa, fue otra con la que me reía unos buenos ratos, con ese niño escuálido con gafotas y tirantes, Steve Urkel (¿He sido yoooo?) persiguiendo a su querida Laura. Lo que no sabía de esta serie es que fue un spin-off de Primos lejanos. Resulta que Harriette Winslow, la madre de Laura, era ascensorista en el periódico donde trabajaban los protagonistas. ¡¿Y quién no recuerda al primo Balki!? Que buena pareja cómica hacían Balki y Larry.

Joey
Después de los 10 años de Friends, tuvimos spin-off titulado Joey, donde uno de los seis amigos Joey Tribbiani se mudaba a Los Angeles a conseguir alguna oportunidad mejor como actor. La serie la verdad es que dejó mucho que desear, con sólo uno de los seis no era suficiente. Luego allá por el 2005, otro grupito de amigos nos enganchó de nuevo en Cómo conocí a vuestra madre.

Cómo conocí a vuestra madre

Ted y sus amigos nos cuentan sus aventuras de juventud durante nueve temporadas, esperando en cada una de ellas que nos presenten a la famosa madre y mujer de Ted mientras va de una relación mala a otra peor. Fue un formato que me gustó desde el primer momento, una serie totalmente contada y donde todo son flashbacks (con lo que me gustan a mi los flashbacks!) pero claro ¿nueve temporadas? se hizo un poquito pesada la búsqueda de la madre, la verdad, sobretodo la última con esa boda que nunca llegaba... A pesar de todo, soy de las que opinan que el final no estuvo tan mal como muchos critícan.

Big Bang Theory
Y luego está el universo de Chuck Lorre , con series como Big Bang, que trata de un grupo de jóvenes científicos o Dos hombres y medio, donde dos hermanos, un soltero de oro y un divorciado con hijo viven los tres juntos en una casa de California. De la primera decir que nunca antes un grupo de frikis como este había triunfado en todo el mundo. Ahora los raritos y super inteligentes están de moda gracias a Sheldon, Leonard y sus amigos. Y esa gran Amy, que me encanta. Dos hombres y medio, tiene gracia para no es de las que más me han gustado, debe ser porque no soporto a Charlie Sheen.

Max y Caroline de 2 Broke Girls
Y para terminar quiero hablar de la última sitcom que me ha enganchado. Un par de chicas camareras que no tienen ni un duro y que quieren montar su propio negocio de cupcakes. Eso pasa en 2 Broke Girls o Dos chicas sin blanca como las han traducido en España. Me parto de risa con Max y Caroline, pero sobre todo con Max, es la bomba. Los capítulos tienen dos particularidades, la primera que siempre empiezan con una escena en el restaurante donde trabajan, donde Max pone en su sitio a cualquier cliente, compañero o "mini" jefe chino... la segunda es que siempre termina con el contador del saldo del "fondo para el negocio de cupcakes", hay días que sube, otros que baja y otros que se mantiene igual. Estoy viendo todavía la segunda temporada pero lo bueno que tienen estas sitcoms es que son capítulos tan cortitos que se ven en un plis plas! Además quieren montar un negocio de cupcakes y de ese tema se un rato (otra cosa que me enganchó), porque en mi otra vida tengo una tienda que vende todo lo necesario para hacer postres en casa (Sucre de Maduixa).


martes, 4 de noviembre de 2014

Olivia Pope ya está en mi lista de imprescindibles

Olivia Pope es la leche. Hablando claro. Es una mujer que da la impresión que puede con todo. Es una mujer triunfadora que se dedica a arreglar cosas, cualquier cosa que quieras arreglar ella lo hará por ti si acepta tu caso. Junto a ella trabajan uno grupo de "gladiadores con traje" como se hacen llamar y son los que investigan, ayudan, encuentran y sobornan por Olivia, si es necesario. Hacen lo que haga falta, sin preguntar. Todos ellos la tienen en muy buena consideración ya que trabajan para ella desde que los salvó (a cada uno de su desastre particular).



Olivia y sus secuaces son los protagonistas de Scandal. Si me habéis leído anteriormente sabreis que me encanta tragarme las series casi del tirón. Pues esta no iba a ser menos. He de confesar que sólo necesité 5 minutos de conversaciones entre Harrison y Quinn para engancharme y saber que esta serie me iba a gustar. Y en poco tiempo ya voy por la mitad de la tercera temporada, a ritmo de lo que se emite aquí en España. Ahora tengo un mono tremendo... Entre ésta y la quinta de The good Wife, me van a matar de tanto esperar, suerte que por lo menos están dando dos capítulos semanales a ver si cogemos el ritmo rápido y podemos ver las nuevas temporadas que se están emitiendo ya en Estados Unidos.


Y si a parte de irte bien en los negocios te fuera también bien tu vida romática, ya sería la hostia, no? Una vida perfecta. En este caso no es tan sencillo, la pobre vive una relación con un hombre un "poquito" complicado, un hombre casado, uno de los hombres más importantes del mundo, nada más y nada menos, que el Presidente de los Estados Unidos, Fitzgerald Grant. La relación entre ellos es un-quiero-pero-no-deberíamos-pero-no-puedo-resistirme y así todo el tiempo. La única manera que tendrían de estar juntos es que él no fuera Presidente y se pudiera divorciar, porque ¿cómo se va a divorciar el Presidente? Si veis la serie os habréis dado cuenta de que él estaría dispuesto a dejarlo todo por estar con ella, no se cuantas veces lo ha dicho o lo ha demostrado, pero nunca llega a pasar por culpa de la gente que tiene alrededor, manipuladores como Cyrus Beene, su jefe de gabinete, como Mellie, su mujer o como la misma Olivia que, en la mayoría de casos, no quiere convertirse en la razón de su abandono de la Presidencia.

Y más tarde aparece él...

Él es el capitán Jake Ballard (Scott Foley)
Y claro, se te cruza este guapo militar que te sigue y que parece que te encuentras en todas partes sin querer, que quiere quedar contigo, cómo no... al final, cedes y quedas. Porque la relación con el Presidente es muy difícil y ella se merece algo más sencillo, algo normal. Pero el guapo Foley esconde algo y ella que es muy lista, no sabe que es pero algo huele a chamusquina... y vaya vaya... resulta que sus dos hombres se conocen y no sólo eso, están maquinando a sus espaldas. Aunque todo no es tan negro como parece en las intenciones del guapo Ballard.



Los gladiadores son efectivos y muy profesionales, consiguen lo que se proponen, desde Harrison que ahora que ya no está Stephen se ha convertido en una especie de número 2 para Olivia, hasta Abby, la pelirroja que nunca se muerde la lengua, Huck, el hacker que en su anterior vida se dedicaba a algo mucho más siniestro y Quinn, la última en llegar y que aprendiendo con Huck se le están pegando cosas que una chica mona de pueblo no debería de vivir nunca en la vida.

Pero la que realmente dirige y mueve el cotarro es Olivia. Shondra Rhimes, su creadora, por fin ha conseguido poner a una afroamericana como protagonista principal en una de sus series y además ajustar su papel a los tiempos que corren, pintarla como una mujer de éxito y luchadora, como muchas otras que existen en la vida real. Hace unos años habría sido impensable, el protagonista habría sido un hombre y la serie habría sido como muchas otras, pero Shondra y Kerry Washigton (la actriz que interpreta a Olivia Pope) han conseguido reflejar el tipo de mujer que todas podemos o queremos llegar a ser.

Blogging tips